Nos cuenta Paloma esta versión en verso de la ratita presumida que aprendió con seis o siete años en la escuela. Piensa que tal vez la versión la hicieron en clase con la maestra.
"Limpio mi casita, la lará larita
lavo, friego y froto, la lará laroto.
Y todos los días, la misma tarea,
mas lo hago contenta, de que alguien lo vea.
Estaba la ratita barriendo su hogar,
cuando un centimito se vino a encontrar.
¿Cómo he de gastarlo?, ¿qué podré comprar?
¡Alfileres, dulces, cintitas de atar!
Si compro alfileres, me habré de pinchar,
Si compro unos dulces, me habré de pringar,
Si compro un gran lazo, ¡qué linda he de estar!
Y nuestra ratita, se lo fue a comprar.
Al pie de su casa, después se sentó.
y que alguien pasara, paciente esperó.
Limpio mi casita...
Buenos días ratita, ¡qué guapísima que estás!,
¿te quieres casar conmigo?
Verás, es que yo no sé cómo me hablarás.
¡Guau, guau!
Ay, no, señor perro, que me morderás.
Limpio mi casita...
[Así todos los animales que se quiera, hasta el último que es el ratón:]
Buenos días ratita, ¡qué guapísima estás!,
¿te quieres casar conmigo?
Verás, es que yo no sé cómo me hablarás.
Rin, rin, rin...
Ay, sí, ratoncito, que me dormirás.
Y ambos se casaron... sin esperar más.
[Final con música de marcha nupcial]"
La misma Paloma actualizó la Ratita
presumida con motivo de la boda entre el Príncipe Felipe
y Doña Letizia (2004)
"Estaba la joven Leti
paseando por el jardín
y de pronto, vio un euro
que se había perdido allí.
-Con esto muy poca cosa
me podía y comprar:
El tabaco me hace daño,
¡el dulce me hará engordar!
me compraré un gran lazo,
seguro que me envidarán.
Como lo pensó lo hizo,
y un gran lazo se compró
y paciente, muy paciente,
en una silla esperó.
Primero pasó un pintor:
-Leti, Leti ¿te quieres casar conmigo?
--Espera, voy a pensar...
¡no pintor! que con tu brocha
seguro me mancharás.
Segundo pasó un letrado:
-Leti, Leti que guapísima que estás
¿te quieres casar conmigo?
--Lo haría de mil amores
pero luego criticarías de mis letras
los errores.
Y así fueron pasando
pero Leti lo tenía ya muy claro.
Una mañana cualquiera
como siempre se sentó
y de pronto vio de lejos
un galán que era un bombón.
Lo tenía casi todo,
pasión, dinero y amor
-Leti, Leti de mi vida
¿te casarás conmigo?
¡contestamé por favor!
Doña Leti le miraba
complacida con rubor:
-Me casaría, mi príncipe!
Su cara se iluminó.
-No tengo oro ni joyas
pero tengo un corazón
que no me cabe en el pecho
y te lo doy con pasión.
Se casaron entre gritos
con lluvia y poco sol
esperemos que el tiempo
no borre la ilusión
del amor puro y sincero
que un día le prometió."
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