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lunes, 13 de mayo de 2013

Romance de ciego [A escondidas]

De nuevo Carmen, que vive en Brea de Tajo, nos canta este romance de ciego que aprendió cuando era moza:



"Ni tus padres ni los míos
Quieren nuestras relaciones
Dicen que son amoríos
Ay, sin frío ni calor.

Qué saben lo que es cariño
Ni el estar enamorado
Qué saben lo que sentimos
Ni lo que es un gran amor.

Y a escondidas yo he de verte
He de hablarte, a escondidas
Y a escondidas suspirarte
Y besarte, a escondidas
A escondidas y en voz baja
Yo te digo que te quiero
Como si fuera un pecado
Tengo que llevar oculto
Y a escondidas nuestro amor."

lunes, 6 de mayo de 2013

Romance de ciego [El molino]

Carmen que vive en Brea nos recuerda este romance cantado de cuando era joven:



"Tengo un molino que muele
Con grande desilusión
El querer me vuelve loca
Y me daba el corazón
Que estabas queriendo a otra.

Que estabas queriendo a otra
Que la quieres más que a mí
Cásate si ese es tu gusto
Cásate y serás feliz
Se acabaron los disgustos.

Mira, mira como corre
El tranvía por la vía
Así correrías tú
Cuando ibas en busca mía
Y era una equivocación
Porque a mí no me querías.
Tuviste la mala idea de pasar al hospital
Preguntar a los enfermos
Y a mi sala no pasar
Y aunque me estaba muriendo.

Enferma me estoy quedando
La culpa la tienes tú
Pero me queda el consuelo
Que me roba la salud
El hombre que yo más quiero.
El hombre que yo más quiero
Se lo lleva otra mujer
A Dios le pido y porfío
Que si se casa con él
Se vuelva loca perdía."

domingo, 24 de febrero de 2013

[Romance del querer engañado]


Carmen, de Brea de Tajo, nos canta tres romances que ella oía cantar a su madre y abuela y cree que lo compraron a un ciego que venía pidiendo y cantando los romances desde Illana (Guadalajara).



Te quiero, me decía el embustero
Te juro  que mi amor es noble y puro
Vidita cuando acabe de estudiar
Te lo juro por mi madre que nos vamos a casar
Te lo juro por mi madre que nos vamos a casar
Tanto querer me fingía, tan buena fe demostraba
Que a su pasión cedí un día sin pensar que me engañaba
Y mirando a la vidriera y esperaba a que saliera por la noche de coser
Y al volver al nuevo día él a la clase volvía y yo volvía al taller
Y así pasaron los días y así pasaron los años
Sin que nuestras alegrías sufrieran los desengaños
Terminó al fín su carrera y a arreglar fue los papeles
Y a la aldea en que nació
y al marcharse dijo: espera
Y esperando que te espera pero nunca más volvió
Un día en que mi cuerpo vencía, vagando mi perdición pregonando
De pronto paró un hombre junto a mi
Y al mirarle cara a cara yo no sé ni qué sentí
Y al mirarle cara a cara yo no sé ni qué sentí
Aquel hombre era el ingrato que mi virtud robó un día
Y que olvidó al poco rato lo que a mí me prometía
De él me puse por delante y con rabia jaleante [jadeante]
Le conté mi mal vivir
Y él con orgullo necio, mirándome con desprecio
Me escuchó y se echó a reír
Y yo de mi no fui dueña quise vengar mi desdecho [despecho]
Y una hoja albaceteña se la sepulté en el pecho
Y al verle tendido en tierra, herido y agonizante le cogí con gran sufrir
Le recogí en mi regazo y su cuerpo casi frío le besé llena de amor
Loca, puse su boca en  mi boca
Sus labios los besé olvidando agravios
Y entonces, dijo: de mi vida harás
Y el dándome su aliento: sólo eras una más.