Cuento que le contaban a Cristina en Brea cuando era chica en el corro que solía hacer la tía Juliana cuando en agosto daba el frío en rostro.
"Hace mucho tiempo en una cabaña vivían tres ositos el oso padre, la osa madre y el oso chiquitín. Un día dijo el padre: Mujer pon la sopa, que tengo hambre.
Tenían una mesa y en ella
había una silla grande, otra más pequeña y otra chiquitita chiquitita. Puso la
madre un plato y una cuchara grande, grande. Un plato menos grande con una
cuchara menos grande y un plato chiquitito con una cuchara chiquitita y sirvió
la sopa.
Probó el padre la sopa y
dice: esto está muy caliente
La madre: esto está muy
caliente
El osito chiquitito: esto
está muy caliente
El padre: Nos vamos a
quemar si nos comemos esto
La madre: nos vamos a
quemar si nos comemos esto
El osito: nos vamos a
quemar si nos comemos esto
El padre dijo: Propongo
una cosa, vayamos al bosque a dar un paseo y así cuando volvamos ya estará la
sopa a buena temperatura.
Así lo hicieron. Se
fueron al bosque cantando con sus instrumentos musicales y en esto que llegó
una niña que se había perdido en el bosque y llamó a la puerta y nadie la
abría, pero empujó un poco y vio que estaba la puerta abierta, y vio que estaba
la mesa puesta y cada plato estaba lleno de sopa. El primer plato era muy
grande y dijo ¡ uy qué grande! Este no me lo puedo comer, y este otro también
es muy grande, pero vio otro plato más pequeñito y dijo: ¡ay este sí que me lo
puedo comer! Cogió la cuchara pequeña y pim-pam cuchara para allá cuchara para
acá se comió la sopa del osito pequeño. -¡qué sueño me está entrando de tanto
caminar por el bosque! ¿qué voy a hacer? Y pasó a la habitación donde vio una
cama grande, grande, grande; otra cama grande, pero no tan grande y una camita
chiquitita muy mona, con flores en la colcha y dijo: voy a probar en esta. Y probando
en la cama grande dijo: está muy dura. Y se fue a la otra cama: ¡ay esta también
está muy dura! Y se fue a la del osito chiquitito: ¡ay, en esta se está más
blandito, qué bien que se está en esta camita! Y se quedó dormida.
Y de pronto se dieron la
vuelta los osos y se volvieron a su casa a comerse la sopa y llegaron a la casa
y dijo el oso padre: alguien ha probado mi sopa. Y la madre: alguien ha probado
mi sopa. Y el osito: ¡alguien se ha comido mi sopa! Y el padre dijo: pues esto
es que ha entrado alguien y se lo ha comido. Buscaron, buscaron y encontraron a
la niña dormidita y el oso padre dijo: vamos a cogerla ahora mismo y la vamos a
dar una paliza y la vamos a echar fuera. Y la madre dijo: pero si es una linda
niña, vamos a despertarla y le decimos que porqué se ha comido la sopa. Y dijo
el osito chiquitín: no la despertéis, que yo quiero que juegue conmigo. Y eso
hicieron, la dejaron dormir hasta que ella sola se despertó, asustada y empezó
a llorar: ¡qué me vais a hacer, qué me vais a hacer? Y el oso padre dijo: ¿por
qué te has comido la sopa? Y la niña contestó: es que tenía mucha hambre que me
he perdido en el bosque. Y el osito dijo: papá no la riñas, no la riñas, que
puede ser mi amiguita, que yo quiero alguien con quién jugar. El oso padre
dijo: bueno, si se porta bien la tendremos aquí. Vivieron unos días todos
juntos alegremente, hasta que un día llegaron los padres de la niña y se
pusieron tan contentos de encontrar a su hija allí, y le agradecieron al oso lo
bien que se habían portado con ella y se fueron a su casa y fueron todos
felices".
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