Raquel Muñoz Peral, de 49 años, Madrid, nos cuenta:
Una de las muchas canciones con las que jugaba a la comba de niña. Jugábamos dos, una frente a la otra, una salta sola en la invitación, y cuando cuentas tres, entra y saltan a la vez y despues sale sin enredarse, ni pisar...
"-Te invito,
-- ¿A qué?
- A un café,
--¿A qué hora?
--A las tres, que una, que dos, y que ¡tres!,
Entra rosa, color de mariposa,
Salte clavel, color de moscatel."
Otra era el pelotón, dos personas daban cuerda y, mientras van cantando, va entrando gente dentro de la cuerda y despues tienen que salir según citen su número de pelotón. Muy participativo.
"Que entre el pelotón número 1,
Que entre el pelotón número 2,
Que entre el pelotón número 3,
Y así sucesivamente hasta los que entren, claro..."
Una de las muchas canciones con las que jugaba a la comba de niña. Jugábamos dos, una frente a la otra, una salta sola en la invitación, y cuando cuentas tres, entra y saltan a la vez y despues sale sin enredarse, ni pisar...
"-Te invito,
-- ¿A qué?
- A un café,
--¿A qué hora?
--A las tres, que una, que dos, y que ¡tres!,
Entra rosa, color de mariposa,
Salte clavel, color de moscatel."
Otra era el pelotón, dos personas daban cuerda y, mientras van cantando, va entrando gente dentro de la cuerda y despues tienen que salir según citen su número de pelotón. Muy participativo.
"Que entre el pelotón número 1,
Que entre el pelotón número 2,
Que entre el pelotón número 3,
Y así sucesivamente hasta los que entren, claro..."
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