jueves, 31 de enero de 2013

Garbancito


En Brea de Tajo, Juliana era la gran contadora de cuentos y cuando llegaban las noches de "agosto frío en rostro" juntaba a todos los chicos del barrio y sentados en la chimenea contaba los cuentos allá por los años 50. Cristina una de las niñas que escuchaban intenta reproducirlos.


"Había una vez, hace mucho tiempo, un niño tan pequeño, tan pequeño, tan pequeño que le llamaban Garbancito. Un día estaba su padre que se iba al campo y dijo:
-Bueno mujer, luego me llevas la merienda, que me voy deprisa que tengo que cavar unos olivos.
Llegó la hora de llevarle la merienda y le dijo la madre a Garbancito:
- Garbancito tienes que portarte bien que me voy a llevarle la merienda a papá.
Pero Garbancito dijo:
- Mamá yo quiero ir, yo quiero ir, quiero llevarla yo.
-- Pero no puedes ir, porque eres muy pequeño ¿no ves que te puede pasar cualquier cosa? Cuando comas más y seas más grande.
- Yo quiero ir, yo quiero ir.
Al final la madre de ver a Garbancito tan empeñado accedió a dejarle ir y le dijo:
- Mira, ve por el camino cantando para que si alguien no te ve te pueda sentir cantar y no te pisen.
Le puso la madre la comida en una cesta y se fue corriendo cantando a llevar la merienda a su padre:
- Pachín, pachón, pachán, mucho cuidado con lo que hacéis
Pachín, pachón, pachán, a Garbancito no piséis.
Según iba por el camino vino una nube, tapó el sol y empezó a llover y Garbancito mojándose decidió meterse en un campo de coles que había allí porque como era tan pequeño con las hojas de las coles se podría tapar. Se metió allí y seguía lloviendo, seguía lloviendo. Tanto aburrimiento le entró que se quedó dormido. No se dio cuenta de que salía el sol y se iban las nubes y el tiempo ya estaba bueno. Llegó una vaca pastando y se comió la col y a Garbancito que estaba debajo también se lo comió. Llegó la hora de la comida y el padre se quedó sin comer porque Garbancito no llegó, así que el padre cuando llegó a la casa por la tarde estaba bastante enfadado:
- ¿qué habéis hecho que no me habéis llevado la comida?
-- ¿cómo que no? Si te la ha llevado Garbancito
- Allí no ha ido Garbancito ni nadie a llevarme la comida, así que hoy estoy sin comer.
-- ¡Ay Dios mío! Esto es que este chico se ha perdido o le ha pisado alguien ¿qué habrá pasado?
Así que se fueron a buscarle por el campo:
- Garbancito ¿dónde estás?
Y Garbancito que se había despertado dentro de la tripa del buey al oírles respondía:
- Aquí, En la tripa del buey
Pero sus padres no lo oían, así que continuaron con la búsqueda:
- Garbancito ¿dónde estás?
- aquí en la tripa del buey
De repente le oyeron porque estaban más cerca del buey y pensaron en cómo sacar a Garbancito de la tripa del buey y se les ocurrió esto: fueron a la casa a por los fuelles de la lumbre, se los pusieron en el culo y empezaron a soplar: flu, flu, el buey se fue inflando, inflando hasta que explotó. Salió Garbancito y se fueron a su casa, fueron felices y comieron perdices y a mí no me dieron porque no estaba allí."

1 comentario:

  1. Recuerdo que mi tia me contaba este cuento casi siempre que estaba enferma (que de pequeña era muy amenudo). La versión era en valenciano claro, pero me trae muchos recuerdos. La frase: "En la panxa del bou! que ni neva ni fa sol" Me trae muchos recuerdos y siempre la recordará a ella contándome este cuento y otros muchos.
    Gracias por hacernos recordar estos cuentos de tradición oral, estas historias de siempre.

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